Efemérides: El colegio Alfonso Reyes Echandía IED cumple 18 años

Por La Mochila, Revista Educativa

Justo allí, donde el oprobioso río Tunjuelito ha formado a través de los infortunios del tiempo una vasta llanura aluvial, se yergue imponente y fastuoso el colegio Alfonso Reyes Echandía. Una Institución Educativa Distrital que recibe, desde hace dieciocho años, a más de 3.000 almas extrañamente asombradas.

Desde ese día, quiso Chiminigagua, dios Todopoderoso de estas tierras y de otras y del Multiverso, que un veinte de junio del año 2007, el umbral de sus puertas separara para siempre el monótono mundo de la realidad del impredecible mundo de la imaginación. Ese día también dispuso Chiminigagua que se abriera el arcón de la memoria y cada una de las almas tejiera sus recuerdos propios para formar un tejido con las demás y, cuyo nombre tendría inscrito en letras doradas el remoquete de “areístas”.

Chiminigagua advirtió a los “areístas” que un día sin tiempo llegaría una pandemia y amenazaría sus vidas y las del resto de la humanidad, pero con mucho dolor podrían superarla. También les auguró un apocalipsis atómico muy distante del cavernoso río Tunjuelito y les dijo que fabricaran, junto al colombiano más famoso de entre todos los colombianos, un arca de la memoria tan resistente que fuera capaz de sobrevivir al diluvio nuclear, porque serán como  “una botella de náufragos siderales arrojada a los océanos del tiempo, para que la nueva humanidad de entonces sepa por nosotros lo que no han de contarle las cucarachas: que aquí existió la vida, que en ella prevaleció el sufrimiento y predominó la injusticia, pero que también conocimos el amor y hasta fuimos capaces de imaginarnos la felicidad”.

Entonces, los “areístas” empezaron a construir, a orillas del río Tunjuelito, el arca de la memoria y cada dieciocho de junio Chimingagua desciende de las alturas a supervisar la obra.

Feliz cumpleaños, “areístas”.

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